
Cleve Backster experimentando con una planta.
La primera parte del libro tiene cinco capítulos dedicado a la relación del hombre con las plantas y la percepción extrasensorial entre las plantas y el hombre.
Es en el año 1.966 que Cleve Backster el más famoso por utilizar detectores de mentiras en los Estados Unidos se le ocurrió colocar los electrodos del detector a una planta, los mismos que se le ponen a los seres humanos para determinar si está mintiendo cuando le hacen una pregunta.
Backster colocó los electrodos a una planta de grandes hojas que estaba en la oficina. Al realizar la primera prueba comprobó que la planta respondía al estímulo de regarle agua, pero fue más allá al comprobar que si pensaba hacerle daño (Quemar una hoja con un fósforo) la planta se asustaba. Allí ese día descubrió que las plantan tienen sensibilidad y leen el pensamiento.

Luego amplió su laboratorio y utilizó más de 25 variedades de plantas y fruta: lechugas, cebollas, naranjas, plátanos, etc. Si con el doctor J.B.Rhine de la Universidad de Duke se comprobó la existencia de la percepción extrasensorial en el hombre, ahora con Cleve Backster se comprobaba científicamente la existencia de una percepción sensorial muy especial en las plantas.
Después Backster realizó una gran cantidad de experimentos con plantas y seres humanos, esto le permitió determinar que las plantas sabían cuando una persona estaba mintiendo, además también comprobó que tenían memoria.
Con el pasar del tiempo se dio cuenta que las plantas establecen una relación amorosa con las personas que las cuidan. Por eso no es raro oír a un ama de casa decir que les habla a sus plantas cuando riega su jardín en la mañana. Es muy posible que estas cuidadoras o jardineras captaran conscientemente este sentimiento y sino inconscientemente.
Cleve Backster comprobó que este sentimiento seguía existiendo (reacciones) a pesar de que la persona quien cuidaba a una planta estuviera a varios kilómetros de distancia.

Jaula de Faraday
Como Cleve Backster no sabía que tipo de energía era la que producía las ondas que llevaban los pensamientos a una planta, experimentó con una jaula Faraday y en un receptáculo de plomo. Ninguna de estos aparatos impidió la comunicación con las plantas.
Más tarde C. Backster planificó hacer una demostración científica que pudiera repetirse y comprobar los mismos resultados. Pero el problema se le planteó muy difícil de resolver al utilizar seres humanos, porque a las plantas les ocurría que establecían una relación armoniosa con los experimentadores y esto dificultaba la investigación.
Finalmente con su equipo de investigadores diseñó un sistema de control experimental. La planificación consistía en matar al azar células vivas con un mecanismo automático a diferentes horas y al azar sin la presencia de seres humanos. Se utilizaron cangrejos para la comprobación. Las plantas reaccionaban cada vez que se mataba a un cangrejo.
El procedimiento completo se publicó en el año 1.968 en la revista International Journal of Parapsychology con el título: “Pruebas de percepción primaria en la vida de las plantas”. Más de siete mil científicos solicitaron reproducciones del informe sobre las investigaciones de Backster.
La revista Medical World News del 21 de marzo de 1.969 comentó que por fin, las investigaciones sobre Percepción Extra Sensorial podían estar “al borde de conquistarse la respetabilidad científica que los investigadores de los fenómenos psíquicos han buscado en vano desde 1.882, cuando la Sociedad Británica de Investigaciones Síquicas se fundó en Cambridge”
LAS PLANTAS PUEDEN LEER EL PENSAMIENTO

Marcel Vogel (1.917-1.991)
En este capítulo aparece un nuevo personaje y es Marcel Vogel un prestigioso químico que trabajaba para la IBM en California y había publicado un libro: “La Luminiscencia en los líquidos y Sólidos y sus aplicaciones prácticas” en conjunto con el Dr. Peter Pringsheim, de la Universidad de Chicago. Dos años después fundó una empresa y fabricó varios productos: el color rojo que se ve en la televisión, lápices fluorescentes, etiquetas para insecticidas, un equipo de inspección de “luz negra” para determinar los caminos de los roedores por su orina; y los colores psicodélicos.
Fue entonces que en una experimentación con alumnos del seminario de creatividad que descubrió que tenía mucha afinidad con las plantas. Vogel llegó a preparar a una psíquica llamada Vivian Wiley quien llegó a experimentar la penetración en el interior de una planta (Esto es posible porque yo tuve una experiencia similar)
Vogel se dedicó a realizar los experimentos con las plantas que Cleve Backster había difundido. Vogel se interesó en investigar el tipo de “energía síquica” de las plantas y se preguntaba cuál sería su efecto sobre los cristales líquidos que estaba investigando para la IBM.
Para el año 1.971 Vogel abandonó los trabajos con las plantas. Pasó un tiempo y ocurrió que la Associated Press difundió un artículo en el que se citaba al doctor Gina Germinara, sicólogo y autor de un libro muy leído sobre el vidente Edgar Cayce, entonces Vogel fue acosado por teléfono por muchas personas que querían más información. Es así que reanudó su trabajo y se propuso mejorar la técnica de colocar los electrodos para lo que ideó una pasta especial.
Más tarde comprobó que algunas plantas reaccionaban más rápidamente que otras. Luego utilizando un galvanómetro determinó el momento exacto cuando una planta establecía comunicación con un ser humano, también comprobó la comunicación a distancia. (Yo la llamaría telepatía vegetal y humana) En otro experimento en el que colocó dos plantas conectadas a una máquina registradora, a una le arrancó una hoja para comprobar si la otra reaccionaba al daño realizado a la otra planta, pero al repetirlo se dio cuenta que la otra planta reaccionaba si la estaba viendo.
En un programa de televisión de la ABC al cual fue invitado para realizar una demostración al público llamado “Tú te lo buscaste” demostró la reacción de la planta a sus pensamientos y a la de otra persona.
El místico alemán Jacob Boehme del siglo XVI declaró que con sólo mirar a una planta se mezclaba con ella, se hacía parte de ella, sentía su vida “en su lucha hacia la luz” Decía que podía compartir su alegría.
Vogel llegó a experimentar con una joven llamada Debbie Sapp para que penetrara dentro de una planta. Luego continuó ese mismo experimento con otras personas. El hecho de penetrar en una planta y comprobar la parte dañada de una planta quedó demostrado en un programa de televisión de la CBS en el que Vogel y el doctor Tom Montelbono realizaron una presentación espectacular. Más tarde Vogel empezó a practicar con los niños porque se obtenían resultados más satisfactorios que los adultos.
El doctor Hal Puthoff, físico del Instituto de Investigaciones de Stanford, de Palo Alto invitó a Vogel a experimentar con un huevo de gallina conectado a un electro-sicómetro inventado por L. Ron. Hubbard (Fundador de la Cienciología) similar al aparato de Vogel. Allí realizaron varias experiencias.