El aurametro es uno de los aparatos más sensibles en radiestesia. Está constituido por un mango redondo al que va fijado un alambre acerado, que tiene en la punta una pieza de metal en forma de péndulo.
Cerca del mago del mango, el alambre está enrollado de manera que funciona como un resorte. Según el alambre sea largo o corto y el peso de la punta, así dependerá la sensibilidad radiestésica del aurámetro:
El aurámetro fue inventado por Verne Cameron. El nombre de aurámetro se lo sugirió un amigo llamado Max Freedom Long que había considerado que el aparato era capaz de medir el campo energético (o aura) emitido por los seres vivos.

En radiestesia, es bueno saber que la sensibilidad de un aparato se debe a su capacidad de amplificar un movimiento neuromuscular inconsciente.
Cuando a un radiestesista se le mueve una horqueta de madera hacia arriba o hacia abajo, eso es un movimiento neuromuscular inconsciente. La sensibilidad puede variar en este caso en la flexibilidad que tenga la horqueta.
En el aurámetro, es tal la sensibilidad que en manos de cualquier persona, es muy difícil que la punta no se mueva. Al aurámetro se le puede llamar también radámetro -que proviene del término “radameter” como lo denominó Bruce Copen, de Inglaterra. .
Generalmente se tiende a confundir el movimiento de la punta del radámetro con la del péndulo de radiestesia, incluso se ha dicho que reúne las cualidades de los cuatro instrumentos de radiestesia: incluyendo el péndulo, la vara en forma de Y, las varillas en forma de L y la vara recta. Nada más erróneo.
La punta del radámetro que llamaremos péndulo indicador no obedece a las mismas leyes físicas del péndulo simple.
El movimiento del péndulo de radiestesia se puede describir aplicando la “Segunda Ley de Newton”, que establece la relación que existe entre la fuerza no equilibrada que actúa sobre un objeto y la aceración que este adquiere. Mediante esta Ley podemos comprobar que el péndulo oscila de un extremo a otro con velocidad y aceleración variables. En el radámetro, las condiciones son distintas: el sostén del péndulo indicador (extremo del alambre) está constituido por el mango y el alambre acerado. El movimiento del péndulo indicador se origina en el movimiento que ocurre en el mango facilitado por el resorte que forma parte del alambre. Al moverse el péndulo indicador, el resorte tiene la tendencia de permanecer al anterior estado’ (antes de que oscilara el péndulo indicador). Es la “Ley de Hooke” la que permite calcular la fuerza que ejerce el resorte sobre el péndulo indicador y establece que “las dilataciones que experimentan los cuerpos son proporcionales a las causas que, las producen, si estas son pequeñas”.
Como podemos apreciar de una forma muy general, las diferencias entre radámetro y péndulo de radiestesia son muy notables. No podemos esperar, al agarrar a un radámetro por el mango, que el péndulo indicador se mueva en forma de rotación con una determinada dirección. La rotación en el radámetro es muy difícil de producirse. Generalmente el péndulo indicador se mueve a ambos lados en una forma de abanico, por lo que es más correcto utilizarlo, tomando en cuenta las cantidades de oscilaciones ocurridas en un determinado tiempo. A mayor cantidad de oscilaciones, mayor posibilidad de respuesta.
De lo anterior podemos deducir los diferentes tipos de respuestas: SI, cuando se mueve el péndulo indicador en ambas direcciones: NO, cuando no se mueve, o para ser más preciso, cuando ocurre una oscilación mínima que generalmente es producida por la tensión sanguínea, muscular y respiratoria de la persona que sostiene el mango del radámetro.
Tomando en cuenta la velocidad de las oscilaciones, se pueden elegir tres tipos de respuestas: respuesta SI: movimiento rápido o acelerado del péndulo indicador: respuesta NEUTRO, corresponde al movimiento lento; respuesta NO, corresponde a la oscilación mínima.
Para finalizar, es necesario recordar que es a un movimiento neuromuscular producido por la mente inconsciente del operador radiestésico, lo que determinará la causa de las respuestas radiestésicas.
FUENTE: Revista Cabala. Nº 234- Año XV. Fecha: mayo del año 1.992.